sábado, 5 de marzo de 2011

DE LAS FISURAS Y GRIETAS...


No es muy común que una simple fisura o grieta acabe convertida en una gran brecha, a no ser que estemos hablando de lugares totalmente ajenos a la voluntad humana. Y no es menos cierto que las fisuras o grietas generalmente se producen por un trabajo mal hecho, en el que no se han tenido en cuenta factores externos tales como la calidad del terreno donde se construye o sus características geotécnicas. El suelo donde apoyamos las columnas de lo que construimos está formado por múltiples capas, a veces de origen calizo, otras con formaciones arcillosas y en otras, las menos, con tierras movedizas.

Cuando esto ocurre y en lo que hemos construido comienzan a formarse pequeñas fisuras o grietas,  si existe voluntad para solucionarlo, es el momento de utilizar las técnicas a nuestro alcance y el ingenio para no solo taparlas, sino también tomar las medidas necesarias para que éstas no se vuelvan a abrir. En cualquier caso lo que no debemos hacer es dejar que se conviertan en brechas, a no ser que nuestra intención sea desalojar a los inquilinos que se han instalado de forma ilegal y los consideramos unos OKUPAS.

Sé que para una persona con semejante bagaje en esto del baloncesto debe resultar duro recibir críticas, más si tenemos en cuenta que vienen de advenedizos sin experiencia alguna, que tan siquiera han tenido la curiosidad de botar un balón de basket. A mí personalmente no me hace falta que cada día me esté recordando cuánto sabe y lo bien que fundamenta sus reflexiones, las cuales están apoyadas por su gran experiencia bla, bla, bla, y avaladas por los grandes tecnólogos de este santo deporte que etcétera etcétera. No me cabe la menor duda de todo eso y a mí, en particular,  nunca me oiréis negarlo o discutirlo, fundamentalmente porque soy consciente de mi ignorancia. 

Pero todo el que se expone debe estar dispuesto y preparado para recibir el merengazo en cualquier momento, eso lo sabe hasta el Papa, y no es menos cierto que no siempre tenemos razón en todo lo que decimos o escribimos.  Es fácil recurrir a la demagogia para encubrir un error social (que no deportivo) amparándose en el daño colateral a adolescentes que ni siquiera tienen la curiosidad de leer nuestras gilipolleces, o esgrimiendo el victimismo apoyado en la exclusión política de quien critica. Este mundo nuestro es afortunadamente libre y todos cabemos, y si no habrá que apretarse. 

Yo por mi parte hace tiempo que zanjé el tema y puse un poco de aguaplast a mi fisura. Parece que otras ya han alcanzado la categoría de brechas por lo que habrá que emplearse a fondo.
 P.D.: Para quien no sepa de qué van estas reflexiones o réplicas, aquí le dejo la entrada a la que me refiero:
 

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